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Hay algo en un tazón de ensalada de col en la mesa que transmite comodidad. Es familiar, colorida e infinitamente versátil. Es el tipo de guarnición que se siente tan a gusto en una barbacoa de verano como en un plato de comida entre semana. Para muchos, la ensalada de col nos trae recuerdos de reuniones donde la comida se servía al estilo familiar, donde la textura crujiente y cremosa equilibraba platos más contundentes y sabores ahumados.
Mi propia relación con la ensalada de col comenzó en la infancia. En los picnics, mi madre la ponía en sándwiches, y el aderezo ácido contrastaba con el jamón salado o el pollo asado. En las barbacoas familiares, suavizaba el picante de las costillas y equilibraba el sabor a carbón de las salchichas a la parrilla. La ensalada de col se convirtió en una estrella discreta. Unía las comidas con textura, acidez y frescura. Era el plato que todos elegían sin pensarlo y que luego elogiaban una vez que se retiraban los platos.
Por qué funciona esta receta
Esta versión se inspira en el cremoso estilo británico y le aporta un toque de sabor. La col y la zanahoria crean una base firme, dulce y crujiente. La cebolla roja le da un toque suave. El eneldo y el cebollino aportan frescura sin acaparar la atención. El aderezo combina mostaza de Dijon, mayonesa y yogur con un chorrito de vino blanco. vinagreEl resultado es cremoso y refrescante a la vez.
El yogur aligera la textura y evita que el aderezo se sienta pesado. La mostaza Dijon intensifica el sabor y ayuda a que el aderezo se adhiera a las verduras. Puedes ajustarlo al gusto. Aumenta la cantidad de vinagre para un toque más intenso. Sustituye el eneldo por... cilantro Si buscas un toque más intenso y cítrico, usa crema agria en lugar de yogur para darle un toque más intenso. Una pizca de pimentón al final añade color y una sutil calidez que lo redondea todo.
Una breve mirada a los orígenes de la ensalada de col
La palabra ensalada de col proviene del término holandés Koolsla, abreviatura de ensalada refrescante, que significa ensalada de col. Los colonos holandeses trajeron la idea a América en el siglo XVIII, donde desarrolló identidades regionales. Las primeras versiones eran sencillas: col rallada aliñada con vinagre, aceite y algunas especias. La mayonesa llegó más tarde, una vez que se convirtió en un ingrediente común en la despensa en el siglo XIX.
En Gran Bretaña, la ensalada de col suele ser ligeramente cremosa, con mayonesa como base del aderezo. En Estados Unidos, los estilos varían. Algunas familias prefieren recetas espesas con mayonesa. Otras prefieren ensaladas a base de vinagre, con un sabor brillante y limpio. En el sur de Estados Unidos, la ensalada de col se sirve a raudales sobre sándwiches de cerdo desmenuzado. En Escandinavia, el eneldo y el yogur aportan ligereza y aroma. El hilo conductor de estas versiones es la idea principal: una ensalada de col que aporta textura crujiente, color y equilibrio para sabores más intensos y ricos.
Consejos útiles antes de empezar
- Elija repollo fresco: Elija una col que se sienta pesada para su tamaño, con hojas firmes y crujientes. La col blanca es clásica, pero un poco de col roja le aporta color y un ligero dulzor.
- La destrucción es importante: Las tiras finas crean una ensalada delicada. Los cortes más gruesos dan como resultado una ensalada más sustanciosa. Un cuchillo afilado funciona bien. Una mandolina o un procesador de alimentos con disco rallador agiliza el proceso y mantiene los cortes uniformes.
- Equilibrar el aderezo: Pruebe sobre la marcha. Añada una pizca de sal al principio y ajuste la acidez con más vinagre si es necesario. Si prefiere un final más cremoso, añada una cucharada de mayonesa.
- Dale tiempo para descansar: Un breve reposo en el refrigerador ayuda a que los sabores se integren y suaviza ligeramente el repollo, conservando su textura crujiente. De diez a quince minutos es suficiente. Una o dos horas es aún mejor.
- Ideas para servir: Marida con pollo a la parrilla, hamburguesaso pescado. Sirva con una cuchara sobre sándwiches de cerdo desmenuzado o pollo frito. Añada a una papa al horno. Disfrute faláfel Se envuelve para un contraste atractivo.
Preparación anticipada y almacenamiento
La ensalada de col es un plato generoso que se puede preparar con antelación. Esta receta rinde para mucha gente, lo que la hace ideal para barbacoas, bufés y picnics. Las sobras se conservan bien en un recipiente hermético en el refrigerador hasta dos días. Las verduras se ablandarán un poco al reposar, pero los sabores se intensificarán y se asentarán. Mucha gente encuentra la ensalada de col del segundo día aún más satisfactoria.
Si prefiere planificar, ralle el repollo y las zanahorias con un día de antelación y guárdelas secas en un recipiente hermético. Mezcle el aderezo y manténgalo aparte. Mezcle las verduras con el aderezo justo antes de servir. Esto mantiene la textura viva y evita que el exceso de líquido se acumule en el recipiente.
Notas técnicas para una textura perfecta de ensalada de col
La sal es tu mejor aliada, pero úsala con moderación. Empieza con una pizca en el aderezo y vuelve a probarlo después de removerlo. Si el repollo está muy firme, masajéalo suavemente con una pizca de sal durante treinta segundos antes de aderezarlo. Esto suaviza las fibras y extrae un poco de humedad, lo que ayuda a que el aderezo se distribuya uniformemente. Si la ensalada de col está demasiado espesa, añade una cucharadita de vinagre o un chorrito de agua fría para aligerarla.
El uso del cuchillo marca la diferencia. Procura cortes firmes y uniformes, no rápidos. Apile unas cuantas hojas de col y córtelas en tiras finas. Para las zanahorias, use un rallador de caja para obtener tiras finas o un pelador en juliana para obtener cerillas perfectas. Corte la cebolla morada en rodajas muy finas para que perfume el tazón sin abrumarlo.
Receta de ensalada de col
Equipo
- 1 Batidor
Ingredientes
- 1 Pequeña Repollo blanco (o ½ grande), hojas exteriores eliminadas
- 4 Zanahorias Pelado
- 1 Grande cebolla roja
- ½ Pequeño manojo Eneldo fresco
- ½ Pequeño manojo Cebollín fresco
- 1 cucharada mostaza de Dijon
- 50 gramos Mayonesa
- 50 gramos Yogurt natural (o crema agria, o mayonesa extra)
- 1-2 cucharada vinagre de vino blanco
- 2 pellizcos Pimenton
- 1 pellizco Pimienta negro
- 1 pellizco Sal
Elaboración paso a paso
- Quita las hojas exteriores duras o magulladas del repollo, córtalo por la mitad y retira el corazón denso. Coloca el repollo con el corte hacia abajo sobre una tabla grande y desmenúzalo lo más fino posible. (Una mandolina o un procesador de alimentos con cuchilla para rallar es útil para duplicar la cantidad). Transfiere la mezcla a un tazón grande.1 repollo blanco pequeño
- Ralla las zanahorias o córtalas en juliana fina, luego corta la cebolla morada en rodajas finas. Añade ambas al bol con el repollo. Agrega el eneldo y las hierbas que quieras.4 zanahorias, 1 cebolla roja grande, ½ Manojo pequeño de eneldo, ½ Manojo pequeño de cebollino
- En un tazón o jarra medianos, bata la mostaza de Dijon, la mayonesa, el yogur y el vinagre de vino blanco hasta obtener una mezcla suave y cremosa. Sazone con sal y pimienta negra recién molida y pruebe. Añada más vinagre si desea un sabor más intenso.1 cucharada de mostaza de Dijon, 50 gramos de mayonesa, 50 gramos de yogur natural, 1-2 cucharadas de vinagre de vino blanco, 1 pizca de pimienta negra molida, 1 pizca de sal
- Vierta el aderezo sobre las verduras ralladas. Use dos cucharas grandes (o las manos limpias, si lo prefiere) para remover hasta que todas las verduras queden cubiertas uniformemente y relucientes con el aderezo.
- Espolvorea un poco de pimentón por encima para darle color y un sabor sutil. Cubre y refrigera durante al menos 10-15 minutos para que los sabores se integren antes de servir.2 pizcas de pimentón
Notas
Nutrición
Cada cultura tiene una guarnición sencilla que realza discretamente el resto de la comida. La ensalada de col es uno de esos tesoros. No llama la atención, pero ofrece sabor, frescura y equilibrio en cada bocado. Prepararla desde cero toma minutos, y la recompensa es real. La textura crujiente es más brillante, el aderezo más suave y el aroma a hierbas frescas mucho más atractivo que cualquier envase comercial.
Hay cierta generosidad en colocar un gran tazón de ensalada de col en el centro de la mesa. Invita a la gente a servirse, a añadir una cucharada a un plato repleto de carnes a la parrilla o a añadirla a un sándwich para un contraste fresco. Quizás por eso este plato perdura. No se trata solo de repollo y zanahorias. Se trata del simple acto de compartir la comida, lo que hace que cada comida se sienta más completa.
Guarda esta receta a mano para el próximo picnic, la barbacoa del fin de semana o ese almuerzo típico que necesita un toque de color y textura crujiente. Diez minutos de preparación sencilla y un breve reposo en el refrigerador pueden convertir una buena comida en una memorable.