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Pocos pasteles capturan el encanto de la repostería británica como el bizcocho Victoria. Con capas ligeras y esponjosas, intercaladas con mermelada y una suave crema de mantequilla, resulta atemporal y tentador. Este es el pastel que imaginas en una elegante bandeja de té de la tarde o enfriándose en la encimera de la cocina, espolvoreado con azúcar glas y acompañado de una tetera de té fuerte.
Hornear un bizcocho Victoria es tanto el ritual como el resultado. Batir la mantequilla y el azúcar hasta que blanqueen, añadir los huevos uno a uno, incorporar la harina con cuidado. Estos son pasos silenciosos y gratificantes que conectan al panadero de hoy con generaciones anteriores. Cuando dos redondos dorados se elevan en el horno y la cocina se llena del aroma a vainilla y azúcar, se entiende por qué este sencillo pastel ha perdurado.
Un pastel con raíces reales
El bizcocho Victoria debe su nombre a la reina Victoria, quien, según se dice, disfrutaba de una rebanada de bizcocho con el té de la tarde. La idea de un bizcocho tierno con capas de mermelada se popularizó en el siglo XIX, cuando el té se convirtió en un ritual diario. Los bizcochos anteriores existían mucho antes de la época victoriana, pero solían ser más firmes y se levantaban con huevos batidos. El uso generalizado de la levadura química a mediados del siglo XIX facilitó la elaboración casera de bizcochos más ligeros y fiables.
Las primeras versiones solían incluir solo mermelada entre las capas. Con el tiempo, la crema batida o la crema de mantequilla se popularizaron, y ambas tienen fieles seguidores. La cubierta suele terminarse con solo una capa de azúcar glas. La sobriedad es parte del atractivo del pastel. No necesita una decoración elaborada. Se basa en la textura, el equilibrio y un acabado limpio y fresco.
Por qué perdura
El bizcocho Victoria es accesible para los reposteros principiantes y satisfactorio para los experimentados. El método es sencillo. Los ingredientes son sencillos. Una vez que domines lo básico, la receta se convierte en un lienzo para variaciones sutiles. La mermelada de fresa o frambuesa son clásicos. La crema de limón aporta brillo. Las bayas frescas entre las capas aportan un toque extra de frescura. La nata montada le da un acabado más ligero. La crema de mantequilla mantiene mejor su forma y se transporta fácilmente.
Lo más importante es el equilibrio. El bizcocho debe ser tierno y ligero, ni seco ni pesado. La mermelada debe tener sabor a fruta, no solo a azúcar. La crema de mantequilla debe ser suave y no demasiado dulce. Cuando estos elementos se encuentran en el punto medio, el resultado es un pastel que invita a la celebración sin excesos.
Consejos para una esponja perfecta
- Utilice ingredientes a temperatura ambiente. La mantequilla blanda y los huevos a temperatura ambiente se mezclan más suavemente y ayudan a crear una miga fina y uniforme.
- Batir bien la crema. Batir la mantequilla y el azúcar hasta obtener una masa muy pálida y esponjosa. Este paso atrapa el aire, lo que facilita el levado.
- Doblar con cuidado. Añade la harina con cuidado para evitar que se pierda el aire. Una espátula y una mano ligera marcan la diferencia.
- Dividir uniformemente. Pese o calcule a ojo la masa para que ambos moldes se horneen a la misma velocidad y se apilen ordenadamente.
- Hornear hasta que esté listo. Al pincharlo con un palillo, este debe salir limpio y la superficie debe recuperar su forma original. Hornearlo demasiado reseca el bizcocho.
- Dejar enfriar completamente. Rellenar un pastel caliente derrite la crema de mantequilla y puede hacer que las capas se deslicen. La paciencia tiene su recompensa.
Un trocito de historia en casa
La conexión del pastel con la vida cotidiana forma parte de su encanto. En muchos hogares británicos, el bizcocho Victoria se usa en ferias escolares, fiestas religiosas y reuniones familiares. Isabella Beeton popularizó una versión temprana llamada sándwiches Victoria en el siglo XIX, y los reposteros caseros han transmitido sus métodos desde entonces. La receta enseña habilidades básicas. El batido y el doblado se convierten en la base de innumerables pasteles.
Variaciones que vale la pena probar
- Sólo mermelada. Mantenlo tradicional con una capa generosa de mermelada de buena calidad.
- Relleno de crema batida. Cambie la crema de mantequilla por crema batida suave para obtener un acabado más ligero.
- Elevación de cítricos. Añade ralladura fina de limón al bizcocho o a la crema de mantequilla para darle un toque fresco.
- Bayas frescas. Coloque capas de fresas o frambuesas cortadas sobre la mermelada. Añádalas justo antes de servir para mantener la textura viva.
- Pincel para jarabe. Pincele ligeramente las capas enfriadas con almíbar simple para mantenerlas tiernas, especialmente si las sirve al día siguiente.
Montaje y servicio
Una vez que los bizcochos estén completamente fríos, coloque una capa sobre una base y extienda la crema de mantequilla hasta los bordes. Vierta la mermelada con una cuchara y alísela suavemente sin mezclarla con la crema. Tape con la segunda capa y presione ligeramente para que se endurezca. Espolvoree con azúcar glas justo antes de servir. El pastel está mejor el mismo día que se monta. Si necesita prepararlo con antelación, hornee los bizcochos un día antes, envuélvalos bien una vez fríos y móntelos el día que vaya a servir.
Errores comunes y soluciones fáciles
- Esponja seca. Suele ser señal de que el horno se ha horneado demasiado o de que está demasiado caliente. Comprueba la temperatura del horno con un termómetro y empieza a medir unos minutos antes.
- Textura densa. Suele deberse a que se amasa poco durante el proceso de cremado o se amasa demasiado al añadir la harina. Bata durante más tiempo al principio e incorpore suavemente al final.
- Tapas abovedadas. Si las capas se abomban, alíselas con un cuchillo de sierra una vez frías. La próxima vez, asegúrese de que los moldes no estén demasiado altos en el horno y evite llenarlos demasiado.
- Capas deslizantes. Deje enfriar completamente antes de rellenar. La crema de mantequilla debe quedar suave y fácil de untar, no líquida. Si la temperatura de su cocina es alta, enfríe el pastel armado brevemente para que cuaje.
Pastel Victoria
Equipo
- 2 moldes para tartas8 pulgadas
Ingredientes
- 200 Gramos Azúcar glas
- 200 Gramos Manteca suavizado
- 4 Medio Huevos
- 200 Gramos harina leudante
- 1 Cucharilla Baking powder
- 1 Cucharilla Extracto de vainilla
- 2 Cucharadas Leche
Para el relleno
- 100 Gramos Manteca suavizado
- 140 Gramos Azúcar en polvo tamizado
- 1 Cucharilla Extracto de vainilla
- 150 Gramos Mermelada de fresa De buena calidad
- Azúcar en polvo para decorar
Elaboración paso a paso
- Precaliente el horno a 190 °C (convección 170 °C) o marca de gas 5. Engrase dos moldes para pastel de 8 pulgadas y cubra las bases con papel pergamino.
- En una batidora, bate 200 g de mantequilla blanda hasta que quede una masa homogénea. Añade 200 g de azúcar en polvo y nata hasta que la masa quede suave y esponjosa.200 gramos de azúcar glas, 200 gramos de mantequilla
- Añade 4 huevos de a uno, batiendo bien después de cada adición. Luego, mezcla 1 cucharadita de extracto de vainilla y 2 cucharadas de leche hasta que se integren.4 huevos medianos, 1 cucharadita de extracto de vainilla, 2 cucharadas de leche
- Incorpore suavemente 200 g de harina leudante y 1 cucharadita de polvo para hornear hasta obtener una masa suave.200 gramos de harina leudante, 1 cucharadita de polvo de hornear
- Divida la masa de manera uniforme entre los dos moldes preparados, alisando las superficies. Hornee durante 20 minutos o hasta que estén dorados y elásticos al tacto.
- Deje que los pasteles se enfríen en sus moldes durante 5 minutos, luego transfiéralos a una rejilla para que se enfríen por completo.
Para el relleno
- Batir 100 g de mantequilla ablandada hasta obtener una mezcla cremosa. Añadir poco a poco 140 g de azúcar glas tamizada, batiendo hasta obtener una mezcla homogénea, y mezclar con 1 cucharadita de extracto de vainilla.100 gramos de mantequilla, 140 gramos de azúcar glas, 1 cucharadita de extracto de vainilla
- Una vez que los bizcochos estén completamente fríos, esparce la crema de mantequilla en la base de uno de los bizcochos. Esparce 150 g de mermelada de fresa sobre la crema de mantequilla. Coloca el segundo bizcocho encima.150 gramos de mermelada de fresa
- Espolvorear con azúcar glas antes de servir.Azúcar en polvo
Notas
- Utilice mantequilla y huevos a temperatura ambiente para obtener una mezcla más suave y una mejor textura.
- Incorpore la harina con suavidad hasta obtener una esponja ligera y aireada.
- Asegúrese de que los pasteles estén completamente fríos antes de rellenarlos para evitar que se derrita la crema de mantequilla.
- Para variar, pruebe utilizar diferentes mermeladas o añadir fruta fresca.
- El pastel se disfruta mejor fresco, pero se puede conservar en un recipiente hermético hasta 2 días.
Se veía increíble y también estaba delicioso. Gracias.