¿Qué es la sal rosa?
¿Te interesa la sal rosa? Descubre qué es, por qué a los chefs les encanta y cómo usar esta maravilla en tus recetas.

Tabla de contenido
¿Qué es la sal rosada y por qué debería importarte?
Seamos sinceros: durante años, no dudé en usar sal. La sal de mesa estaba bien, la sal marina me parecía sofisticada, y eso era todo. Pero entonces, entre aprender a fermentar verduras y enamorarme del pollo asado a fuego lento, descubrí la sal rosa, y desde entonces no he vuelto atrás.
La sal rosa, a menudo llamada sal rosa del Himalaya, es exactamente lo que parece. Es una sal de color rosado extraída de antiguos lechos marinos de la región del Himalaya en Pakistán. A diferencia de la variedad simplificada y enriquecida con yodo con la que crecimos, la sal rosa está mínimamente procesada y es rica en oligoelementos como magnesio, potasio y calcio. Esto le confiere su característico rubor y su sutil complejidad.
Por qué comencé a usar sal rosa (y nunca dejé de hacerlo)
Al principio, compré un frasco de sal rosada simplemente porque se veía hermosa en mi cajón de especias. Pero en cuanto empecé a cocinar con ella, noté la diferencia. Los granos se sentían más consistentes en mis manos. ¿El sabor? Más limpio. Más redondo. De alguna manera, realzaba la comida sin abrumarla.
Una de las mejores cosas de la sal rosa es su versatilidad. La uso para sazonar sopas y asar verduras, para curar salmón e incluso para darle a un plato un toque crujiente y delicado. Cuando me apetece un capricho, le echo una pizca al chocolate negro o al caramelo. No la critiques hasta que la pruebes.
¿Es la sal rosada realmente mejor para ti?
Aclaremos algo: la sal rosa no es un remedio milagroso para la salud. Si bien contiene oligoelementos que la sal común no contiene, las cantidades son pequeñas. Pero para mí, su atractivo no reside en sus supuestos beneficios para la salud, sino en la experiencia. Se siente menos industrial, más arraigada y profundamente conectada con su origen. En un mundo donde las comidas y los ingredientes son tan importantes, eso me importa.
Además, como la sal rosa suele venir en cristales más grandes, la uso con más atención. Sazono al gusto. Me involucro en el proceso. Y como alguien que cree que cocinar debe ser intencional, eso es valioso.
Cómo almaceno y uso la sal rosa a diario
En mi cocina, la sal rosada está en un pequeño cuenco de cerámica junto a la estufa. Es lo primero que uso para preparar una base de sabor. Si estoy horneando, la trituro un poco más fina con un mortero para distribuirla mejor en las masas y rebozados.
Y sí, incluso he adoptado los bloques de sal rosa. Fríos para sushi o calientes para sellar vieiras, son una forma completamente nueva de cocinar (y servir) que añade sabor y un toque visual impactante a cualquier plato.
Por qué vale la pena añadirlo a tu despensa
Si te preguntas si la sal rosada vale su precio, te diré lo siguiente: compra un frasco pequeño y empieza a experimentar. Úsala como sal de acabado. Compárala con tu sal de mesa habitual. Prueba la diferencia.
Creas o no en sus beneficios minerales, la sal rosa te invita a relajarte y prestar atención, tanto a tu comida como a los ingredientes que usas para cocinarla. Y eso, en mi opinión, siempre es un acierto.
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