¡Prepárate para darle sabor a tus platos con nuestra deliciosa Receta de Pasta de Tamarindo! Mejora tus comidas con un toque picante que te hará volver por más.
Comience rompiendo el bloque de tamarindo en trozos pequeños con las manos y colóquelos en un tazón grande resistente al calor.
200 gramos de pulpa de tamarindo sin semillas
Vierte el agua caliente sobre el tamarindo y déjalo reposar hasta que se enfríe lo suficiente como para manipularlo, lo que suele tardar unos 20 minutos. Puedes dejarlo reposar más tiempo si es necesario.
240 mililitros de agua
Una vez que el tamarindo esté lo suficientemente frío como para manipularlo, use la mano (use guantes si desea evitar que el tamarindo se pegue a las uñas) para exprimir y amasar la pulpa para soltarla de las fibras. Apunta a una consistencia suave.
Una vez que la mayor parte de la pulpa se haya liberado de las fibras, cuele la mezcla de tamarindo en una cacerola a través de un colador. Es preferible un colador que no sea de malla fina, ya que la pasta quedará espesa. Empuje el líquido a través del colador, raspando el fondo de vez en cuando para extraer la mayor cantidad de líquido posible.
Vierta poco a poco un poco de agua a temperatura ambiente sobre las fibras restantes en el colador mientras las mezcla con la mano. Esto enjuaga cualquier resto de tamarindo atrapado en las fibras.
Cocine la pasta a fuego medio-alto hasta que hierva, revolviendo constantemente para evitar que burbujee. Déjelo hervir durante 4-5 minutos para asegurar un calentamiento completo.
Transfiera la pasta de tamarindo caliente a frascos de vidrio pequeños y limpios. Cierre las tapas mientras aún estén calientes, dejándolas enfriar a temperatura ambiente antes de refrigerarlas para guardarlas. A medida que la pasta se enfríe, las tapas se sellarán al vacío, de forma similar a la mermelada.