Coloca la avena, el agua filtrada, el jarabe de arce, el extracto de vainilla y una pizca de sal en una licuadora.
50 gramos de avena, 720 mililitros de agua filtrada, 1 cucharada de jarabe de arce, 1/2 cucharadita de extracto de vainilla, Pizca de sal
Licue a velocidad alta durante 30 a 45 segundos hasta que la mezcla esté suave y bien combinada. Evite mezclar demasiado, ya que esto puede hacer que la leche de avena se vuelva viscosa.
Coloque un colador forrado con muselina (o un paño de malla fina) sobre un recipiente o jarra grande. Vierta la mezcla de avena licuada a través del colador para colar los sólidos. Deja que se escurra por completo, apretando suavemente el paño para extraer la mayor cantidad de líquido posible.
Transfiera la leche de avena colada a un recipiente limpio con tapa.
Refrigere la leche de avena durante al menos 2 horas antes de servir para obtener el mejor sabor y textura. Agítese bien antes de cada uso.
Notas
Consejos y trucos
Tirante: Colar la leche de avena dos veces puede ayudar a lograr una textura más suave. Utilice un colador de malla fina o una bolsa de leche de nueces para obtener mejores resultados.
Edulcorantes: Ajusta la cantidad de jarabe de arce según tu preferencia de sabor o prueba otros edulcorantes como jarabe de agave o miel.
Variaciones de sabor: Experimenta con diferentes saborizantes, como una pizca de canela o cacao en polvo, para darle un toque único a tu leche de avena.
Almacenamiento: La leche de avena casera se puede conservar en el frigorífico hasta 4-5 días. Agitar bien antes de cada uso ya que tiende a separarse.
Residuo de avena: No deseches la pulpa de avena sobrante. Se puede utilizar para repostería, batidos o como espesante para sopas y guisos.