Casca los huevos en una jarra medidora y bátelos hasta que se combinen.
6 huevos medianos
Añade la leche, las cebolletas, el perejil, el cebollino y una pizca de sal y pimienta. Bate ligeramente con un tenedor hasta que esté bien mezclado.
1 cucharada de leche, 2 cebolletas, 1 puñado de perejil fresco, 1 puñado de cebollinos, 1 pizca de sal, 1 pizca de pimienta negra recién molida
Calienta una sartén antiadherente (de unos 20 cm de ancho) a fuego medio. Agrega un poco de aceite de oliva y una nuez de mantequilla, removiendo la sartén para cubrir el fondo y los lados.
1 cucharada de aceite de oliva, Una nuez de mantequilla
Una vez que la mantequilla esté espumosa, vierta la mitad de la mezcla de huevo. Incline suavemente la sartén para distribuir los huevos uniformemente.
A medida que los huevos comienzan a cuajar, use una espátula para llevar suavemente la mezcla desde los bordes hacia el centro, permitiendo que el huevo crudo fluya hacia los lados.
Cuando la tortilla esté casi lista, pero aún un poco blanda por encima, espolvorea la mitad del queso rallado. Déjala reposar un minuto más para que el queso empiece a derretirse.
40 gramos de queso rallado
Inclina ligeramente la sartén y dobla la tortilla por la mitad con una espátula. Colócala en un plato caliente.
Repita con los ingredientes restantes para hacer una segunda tortilla.
Notas
Consejos y trucos
Consejo para una textura esponjosa: El chorrito de leche ayuda a crear vapor, lo que le da a la tortilla una textura más ligera.
Cámbialo: Utilice sus hierbas o quesos favoritos, pruebe con eneldo, albahaca, queso feta o incluso queso azul.
Evite cocinar demasiado: Retíralo del fuego cuando aún esté un poco blando; terminará de cocinarse en el plato.
Idea de presentación: Combínalo con pan crujiente, rodajas de aguacate o una ensalada verde sencilla para una comida saludable.